No responder a acusaciones será de testimonio para quien espera una respuesta. Leemos en Daniel 3 sobre el rey Nabucodonosor confrontando a tres judíos, quienes, acusados maliciosamente, decidieron confiar en Dios y no cumplir el edicto del rey. ¿Cuál fue la respuesta al rey? Verso 16: «No es necesario que te respondamos sobre este asunto.» ¡Oye, Dios se encargó de responder por ellos!

Vemos a Jesús, nuestro mejor y mayor ejemplo en Marcos 15:4-5, parado ante Pilato, quien le hace preguntas malintencionadas y con fines malvados.

¿Cómo responder a los Pilatos?  ¡Con tu silencio! Mt. 27:14 «Jesús NO le respondió NI UNA palabra.«

Jesús estaba:

Enfocado en hacer la voluntad del Padre,

Concentrado en los planes divinos,

Confiado y seguro en Dios,

Firme en su identidad como Hijo,

Y siempre manifestando su esencia: Amor.

Salomón lo aconsejó en Eclesiastés 3:7: ¡Tiempo de callar! No emitas palabra alguna. Dios es fiel y defensor. Salmos 37:7 «Guarda silencio ante Dios y espera en Él.» Aprovecha el silencio y escucha a Dios.

Si vas a responder…  ¡Responde con suavidad! Proverbios 15:1: «La blanda respuesta quita la ira.» La respuesta amable calma el enojo. Que sean pocas, en amor y firmes tus palabras. Proverbios 17:27-28: «El que ahorra sus palabras tiene sabiduría.»

Finalmente, la ninguna respuesta de Jesús y su silencio les habló más, tanto, que Pilato se maravilló mucho.

¡Maravíllalos con tu silencio!