
Todo comienza con decisiones.
Muchas veces pasamos por situaciones que nosotros mismos provocamos por no presentárselas al Señor. Y, por la prisa, sin analizar bien las cosas, fracasamos. Es entonces cuando el enemigo toma ventaja.
¿Sabes algo? El diablo no estaría atacándote con tanta fuerza si no hubiera algo valioso dentro de ti. Y hay pruebas que vienen porque Dios mismo las permite. ¿Sabes por qué? Para que crezcas espiritualmente. Porque Él sabe que eres capaz de sobrepasarlas, como en la historia de Job.
Todo conlleva a una sola cosa en la vida: decisiones.
Está en ti rendirte y asumir las mentiras y acusaciones del enemigo de tu alma… ¿o cómo? Está en ti levantarte, sacudirte y seguir hacia el plan divino de Dios.
Esto no se trata de ser un cristiano perfecto.
Se trata de crecer cada día, de reconocer tus fallas, arreglar, sanar y aprender. Sobre todo, no rendirte y ser testimonio vivo de que sí se puede. Que tenemos un Dios restaurador, y Él solo pide de ti crecimiento, reconocimiento y, sobre todo, obediencia.
Nadie nos dijo que sería fácil…
Pero no estamos solos, porque con Dios de la mano, todo es posible.
Tu testimonio será la evidencia de que valió la pena luchar.
Deuteronomio 31:8
«El SEÑOR mismo irá delante de ti y estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.»
Amén.